Los dos amigos, se miraron a los
ojos mientras estaban cara a cara, petrificados mientras pisaban la arena, que
durante todo el día había sido bañada en sangre, de cientos de hombres y miles
de bestias para algarabía de la plebe y de los prohombres de Roma.
En ningún momento, pensaron que
deberían enfrentarse el uno al otro, y en esos momentos sabían que al fin del
combate, probablemente uno de los dos ya no seguiría existiendo en el mundo de
los vivos.
Combate entre dos gladiadores
Corría el año 80 d.C, y era día
de la inauguración del Anfiteatro Flavio (El Coliseo), el cual había tardado
casi diez años en ser edificado, por mandato del emperador Vespasiano (17/11/9
dC – 23/06/79 dC), gracias al botín de guerra que había conseguido en las
guerras de Judea, aunque jamás llegó a ver la apertura de su ancestral obra, y
dejó ese honor su hijo mayor el emperador Tito (30/12/39 d.C – 13/09/81).
Bustos de Vespasiano y Tito
La antigua Roma era una fiesta, y
cuando Roma estaba en fiesta, quería a decir que la muerte, la sangre y la
tortura fluían por el ambiente.
Esa obra de arte clásico, que ha
llegado a nuestros días, durante siglos fue una gran segadora de vidas, tanto
humanas como animales, aunque ese día tendría un final inesperado para todos.
El Coliseo en la actualidad
Ahora sigamos con nuestros dos
contendientes. Prisco era galo y Vero había nacido en territorios del Imperio
como hombre libre, pero por algún azar de su vida acabó siendo esclavo y
gladiador. A finales del siglo I, por lo que cuenta la historia eran dos
afamados guerreros de la arena.
Los amigos, en principio estaban
contrariados por tener que enfrentarse el uno al otro, pero cuando comenzó el
combate, la lucha fue atroz y olvidaron la amistad para pelear como dos
profesionales del combate.
La batalla fue encarnizada,
ninguno de los dos contendientes se arredraba, cuando uno tomaba la iniciativa,
el otro se defendía con uñas y dientes y viceversa, el combate duró horas, el
emperador en un descanso del combate, incluso les envió regalos y refrigerios,
para que siguiesen luchando de ese modo hasta que uno de los dos cayese a manos
del otro, pero para sorpresa de todos ese momento no llegó.
Los dos amigos, siguieron batiéndose
hasta que empezó a caer la noche, la plebe pedía desde sus palcos, que el
combate quedara en tablas. En un punto del choque, los dos gladiadores bajaron
sus armas, diciendo sin palabras que respetaban altamente a su rival.
El emperador al observar este
hecho, detuvo el combate y para sorpresa de todo el público, dio por vencedores
a los dos hombres y recompensó a estos dos grandes gladiadores con la “rudis”
(espada de madera que significaba que un gladiador era libre), las masas
enloquecieron, había sido un colofón final increíble para ese día.
Réplica de una rudis romana
Los dos amigos y contendientes,
habían entrado al Coliseo como esclavos, y salían de allí victoriosos y como
hombres libres, algo que no se repetiría en toda la historia de este lugar.
Como final al artículo, sabemos
de dicho combate, gracias a que es el enfrentamiento más completo que ha
llegado hasta nuestros días. Fue escrito con todo lujo de detalles por “Marco
Valerio Marcial” en su obra Liber de Spectaculis XXIX.
Para acabar, el combate fue
extraño, ya que por norma general, dichos enfrentamientos siempre debía acabar con un
vencedor y un vencido. El emperador Tito, ganó muchísima popularidad, que en
realidad es lo que el buscaba, tener a la plebe callada y contenta y ser mirado
como un gran mandatario.
El día en que Vero y Prisco se
enfrentaron, comenzó de una manera nítida lo que sería “el pan y circo romano”,
que hoy día siguen utilizando otras personas poderosas para seguir anestesiando
mentalmente al populacho.
Como siempre, tus entradas son más que estimables aportaciones a la cultura, y por ello siempre son de agradecer. Reconozco que no conocía la historia de estos dos gladiadores, me ha gustado mucho saber de ella.
ResponderEliminarSaludos.
Como siempre, gracias por tus comentarios positivos Alfredo. Eres un grande.
Eliminar¡Interesante entrada! ¡Te felicito! Por cierto, se te ha colado un error ortográfico en la frase: "Esa obra de arte clásico, que a llegado a nuestros días".
ResponderEliminarGracias por tu comentario Virginia, y gracias por avisarme de la errata!
EliminarInteresante historia!
ResponderEliminarGracias Emanuel, sí, es una historia curiosa de la Roma clásica. Hay tantos misterios en la historia, que no acabaríamos
EliminarExcelente, me encanta la historia Romana no se diga sobre gladiadores
ResponderEliminarGracias Rodrigo, a mi también me pareció muy interesante. Si quieres seguir mi blog, siempre voy publicando historia y curiosidades. Mil gracias
EliminarGracias por el artículo, es muy interesante.
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